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CADA GRANITO DE ARENA CUENTA

La alimentación, el ahorro de recursos, el consumo responsable… Hay un montón de pequeños cambios, que implican un gran cambio. Nuestras decisiones como consumidores pueden marcar la diferencia. Cada día, tenemos el poder de actuar. Estas son algunas acciones:

Optar por el consumo responsable
en nuestras comidas:

La erosión de la biodiversidad, la destrucción del suelo, la contaminación del agua, la disminución de los polinizadores y el cambio climático son algunos de los efectos de la agricultura intensiva. Por todo ello, debemos revisar urgentemente nuestros métodos de producción:

  • Comprar frutas y verduras de temporada. El impacto de su cultivo en el medio ambiente será mucho menor que en el caso de los cultivados en superficie o en invernaderos con calefacción.
  • Elija productos cultivados con métodos de producción sostenibles que protejan la biodiversidad y la salud del suelo, como la agroecología. Busque etiquetas como Growing for Life en sus frutas y verduras para asegurarse de que está consumiendo de forma responsable.
  • Actuar contra el desperdicio de alimentos. ¿Sabía que el 30% de la producción agrícola mundial se pierde o se desperdicia? En los países industrializados, la mayor parte de los residuos se encuentra en el consumidor final. Adapta tus compras a tus necesidades reales y planifica una lista de productos para evitar compras compulsivas que probablemente acaben en la basura y perturben tu economía diaria.

Optimice su consumo de energía:

Los combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas, etc.) liberan a la atmósfera gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global. El futuro está en las energías renovables que tienen una huella ecológica mínima. He aquí algunos consejos sencillos para reducir el consumo de energía y acelerar la transición energética.

¿Cómo puede reducir el consumo de sus aparatos eléctricos?

  • Cazar las «lucecitas rojas»: dejar los electrodomésticos en standby puede suponer hasta un 10% de la factura de la luz. Es esencial recordar que hay que apagar completamente los ordenadores, televisores, impresoras, etc. desenchufándolos por la noche y cuando no se está. Un televisor en espera durante todo un día consume tanta energía como ver dos películas.

  • Desenchufa tus aparatos directamente el suministro eléctrico: un transformador, por ejemplo el del teléfono, que se deja enchufado pero inactivo, sigue consumiendo electricidad.
  • Compre electrodomésticos con etiquetas medioambientales: la etiqueta ecológica europea para electrodomésticos. Estas etiquetas garantizan que los productos son fácilmente reparables y reciclables, que su uso es eficiente desde el punto de vista energético y que no contienen determinadas sustancias peligrosas para la salud humana.

Gestionar mejor el consumo de agua

El agua es probablemente el recurso más preciado que tenemos, junto con el aire. Por desgracia, tendemos a desperdiciarla. Aunque el consumo per cápita de agua es de unos 150 litros al día, sólo se bebe el 1% de este volumen. A escala mundial, el consumo de agua se ha multiplicado por seis en un siglo. Mientras los recursos de agua potable disminuyen, sus residuos se aceleran. Somos menos cuidadosos con el agua de que disponemos y, por desgracia, se pierden millones de litros aptos para el consumo.

Adoptando ciertos comportamientos en el día a día, se puede evitar el despilfarro de este bien tan preciado. Nuestras propuestas:

  • Recupera las aguas residuales: utiliza el agua del lavado de las verduras para regar tus plantas.
  • Compruebe su contador de agua antes y después de un periodo de ausencia, así te asegurarás de que la instalación no tiene pérdidas y es completamente eficiente.
  • Ahorra agua en tu baño. El 39% del agua que utilizamos cada día se destina a las duchas y los baños: elige las duchas cortas en lugar de los baños
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