Guía de buenas prácticas
Proponemos acciones y formación para cultivar respetando la salud de nuestros suelos y el medioambiente.
Algunas de las acciones que desde Growing for life promovemos entre los agricultores son:
#1
Inteligencia colectiva
- Formación continua: fertilidad del suelo, reservas de carbono, etc.
- Visitas técnicas y viajes de campo: visitas a granjas, ensayos de cobertura vegetal, etc.
- Talleres colectivos: rediseño de itinerarios técnicos, paisajismo, etc.
Experimentación y seguimiento: cobertura vegetal, biocontrol, etc.
#2
Optimización del ecosistema
Se proponen diferentes prácticas agrícolas a los agricultores y se aplica la más adecuada:
Gestión viva del suelo: el uso de técnicas para reducir la degradación del suelo y mejorar su fertilidad (cubiertas del suelo, acolchado, incorporación de residuos de cultivos, biofertilizantes, etc.).
Superficies de Interés Ecológico – SIE/Infraestructuras Agroecológicas – IAE: en beneficio de la agrobiodiversidad. Estos elementos fijos del paisaje favorecen el refugio, la alimentación, el desarrollo y la regulación de todas las especies.
Gestión del paisaje: reestructuración del paisaje (densidad y conectividad) para proporcionar refugio y alimento (polen y néctar variados, presas y hospedadores alternativos) con el objetivo de mantener y aumentar los cultivos beneficiosos.
Huerto de conservación: Preservar la diversidad genética ancestral, permitiendo almacenar diferentes sabores, formas y calidades de producción.
#3
Gestión agroecológica de los cultivos
La aplicación de prácticas agronómicas para restaurar los agroecosistemas como:
La gestión de plagas y enfermedades: mantener las poblaciones de plagas por debajo del nivel de daños económicos mediante la protección integrada de los cultivos – PCI.
- La gestión de la salud de los árboles: gestionar la absorción de nutrientes tras tener en cuenta las necesidades del cultivo y su interacción con el suelo y el riego.
#4
Eficiencia tecno-económica y energética
Esta transición se puede sintetizar teniendo en cuenta el uso de insumos, las prácticas agrícolas y el consumo de energía:
Fuente de energía: favorecer la adopción de energías renovables en la explotación (placas solares, etc.).
Eficiencia energética: para calificar el desempeño de la operación. Permite consumir menos energía carbonizante para determinadas prácticas agronómicas.
(Riego, fertilización, PPP) utilizando técnicas de agricultura de conservación. Estas tecnologías aumentan la capacidad de almacenamiento de C del suelo (fijación de CO2 atmosférico) y reducen las emisiones de CO2 del suelo a la atmósfera.